SEXO
En mayúsculas por supuesto. SEXO. Necesario para quien no lo tiene, sobrante para quien tiene demasiado.
Ella le quería, por supuesto, sabía que no era posible, que no había vivido ni lo suficiente para pensar en él. Pero era así, era él y le quería.
Él la quería, sabia que con ella podía ir al fin del mundo, podía vivir las más apasionadas y libidinosas hitorias. Era estraño, por el poco tiempo, pero no era la primera vez que le ocurría i salió bien. Al final siempre acababa bien.
Ella tenia miedo esa noche, tan rápido, tan desconcertante, no lo conocía y ya estaba allí, en su casa, en su precioso campo de minas, donde solo él sabía donde pisar.
Él, inseguro, dudaba como nunca de donde poner los pies para no pisar ni una de las nuevas minas que había puesto ella a su alrededor.
Ella dió un paso, él hizo lo mismo, poco a poco sortearon las minas que de una manera misteriosa se movían al compás de sus pasos bailando a su alrededor y acotando el camino. Haciéndolo cada vez más corto, y cada vez más seguro. No había ya más opción que el contacto.
Frío con calor, sensaciones contrariadas, olvidadas las minas y dejado atrás el miedo y la inseguridad se cruzaron unas miradas que nunca debieron cruzarse, no se pudieron separar. Más contacto.
Calor con frío, sensaciones, muchas sensaciones de placer y de estricto instinto. Un beso, el primero de una larga serie interminable y a la vez intensa. Más contacto.
Poco más... el resto SEXO. Necesario para quien no lo tiene, sobrante para quien tiene demasiado.
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Valentina -